Ñúñez, Rosa Elena y Ñúñez, María Elisa.
Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).
En la actualidad la estructura que sustenta a la sociedad civil y al estado democrático, se mantiene enlazada por la comunicación. Como sostiene Daniel Ivoskus (2010), la comunicación es el hilo conductor poderoso e invisible, es el corazón que hace latir y bombea sangre al poder. Sin ella, la democracia languidece, se torna anémica; su sostén es el feedback que se genera entre la gente y el poder, entre la sociedad y el dirigente.
Es aquí donde nos detenemos a analizar de qué hablamos hoy cuando hablamos de comunicación. Es indudable que los avances técnicos desempeñan ahora un papel primordial, ya que ahora son ellos los que le conceden poder al receptor en forma genuina. Las TICs han transformado a los medios de comunicación en nuevos canales de poder, por los cuales circulan los mensajes de todos. La viralidad de internet supone un protagonismo totalmente inclusivo nunca antes visto, que seguramente será signo del hombre de nuestra época.
Para la política la comunicación ya no es una elección, ya no puede posponerla. La aceptación de internet en la política trae, entre otros beneficios, mayor eficiencia y transparencia en la gestión, la apertura de nuevos canales de comunicación y una mejor interacción entre ciudadanos y gobernantes.
El ciudadano se adueñó de la tecnología y el político debe comunicarse con ella. Ya no es una elección, es una exigencia de este principio de siglo. Las ciencias de la comunicación deben preguntarse dentro este contexto si cambió la forma de hacer campañas y la forma de hacer política.