Barrios, Cleopatra.
Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
A partir del análisis de actos fotográficos y corpus de fotos concretos, este trabajo busca dar continuidad a la reflexión de trayectorias teóricas que discuten la imagen-acto e imagenidentidad presentada el año pasado en el marco de estas Jornadas1. En esta ocasión, por un lado se retoman los postulados ya desarrollados en el análisis de la fotografía como práctica significante que articulada a diversas prácticas socio-culturales, discursos e imaginarios se concibe como espacio/acto de articulaciones dialógicas, de intersección de experiencias y posiciones diversas, donde “lo fotográfico” se define también por las formas de presencia del cuerpo, el gesto de fotógrafos y fotografiados, sus cualidades afectivas, poéticas y estéticas atravesadas por intereses propios y ajenos específicos y vinculadas a un entorno también concreto como componentes centrales de la comunicación. Por otra parte, este escrito abre nuevas líneas de lectura para complejizar la reflexión sobre el modo, al decir de Moxey (2009), en que las imágenes nos interpelan desde el potencial performativo en tanto “presencia” en instancias de “mostración”. Aquí se adopta la concepción de “actos de imagen” (Bredemkamp, 2010). Esta perspectiva nos lleva a poner el acento, sin dejar de validar el análisis de otros niveles sino mas bien a propiciar un diálogo entre éstos, en la consideración de la fuerza intrínseca de la forma, la figura, el color hechos cuerpo en la materialidad la imagen, aspecto que nos permite comoespectadores tomar conciencia de sí e ingresar a la propuesta que ésta vehiculiza. Es decir, nos permite comprender que más allá de los significados ideológicos diversos devenidos de tiempos precedentes que la configuración de la foto entrama, en tanto construcción social (artefacto cultural), la fotografía posee además la capacidad de afectarnos desde su atractivo, su cualidad estética y poética, en el presente efímero. En términos de Moxey, quien remite a Belting, “lo artefactos visuales están incrustados en medios y que unos no pueden ser estudiados sin los otros” (2009: 9). Esto no se traduce a una lectura reducida de lo material y formal sino apunta a desentrañar el modo de “mostración” de esta articulación que, guiada por un punto de vista, redefine la disposición de los objetos, sujetos y las prácticas en el mundo.