Nicolosi, Alejandra Pía.
Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Frente al escenario de ASPO y posteriormente de DISPO originado por la pandemia de COVID-19, la Televisión Pública (Canal 7) refrendó su función esencial de construcción de ciudadanía al dar respuesta a la crisis sanitaria desde una grilla específica de programación, atendiendo las necesidades de sus audiencias en confinamiento: información, educación y entretenimiento. Es en este último punto donde detenemos nuestro interés: la oferta de ficción seriada.
Hay que remarcar que la producción y exhibición de ficción televisiva en Argentina viene en profunda desaceleración. La pandemia desatada en 2020, al paralizar completamente la producción del sector, no hizo más que profundizar esa tendencia. No obstante, si hubo una pantalla que priorizó la ficción televisiva como contenido fue la TV Pública, cubriendo dos frentes: por un lado, el frente material ligado al pago de derechos de reproducción a les artistas a través de SAGAI, constituyéndose así en un ingreso concreto para un sector en emergencia económica y; por otro lado, el frente ligado a la democratización del acceso gratuito al entretenimiento. Además, en el campo de lo simbólico, representó la decisión y la apuesta política de poner en la grilla historias nacionales que, más allá de entretener e informar, disputan sentidos socialmente construidos en torno a temáticas como la inclusión, problemática de género, identidad, la historia, los medios, el poder. Es decir, narrativas que visibilizan problemáticas y actores sociales desde una mirada alternativa a las historias narradas en la televisión comercial hegemónica.