Conde De Boeck, José Agustín.
Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
Entre 1998 y 1999 el campo literario argentino fue testigo de la emergencia de cuatro novelas que parecerían expresar un malestar ante la cultura nacional: son libros que en su momento fueron considerados transgresores, difíciles, inclasificables, inconsumibles o impublicables, y que en tales atributos planteaban una forma de resistencia contra el mercado de consumo editorial (cfr. Jitrik, 2003 y Drucaroff, 2011, 41). A su vez, estos textos se erigen como culminaciones de programas estéticos particulares y como consecuencias últimas de las experiencias literarias representadas por sus autores. El traductor (1998), de Salvador Benesdra, Los sorias (1998), de Alberto Laiseca, El desierto y su semilla (1998), de Jorge Barón Biza, y La Historia (1999), de Martín Caparrós son novelas que cierran la década del noventa dejando la vara muy alta para la literatura argentina de la década siguiente.
En este trabajo procuraremos abordar dos aspectos de estas obras: 1) la filiación de sus programas estéticos con diferentes sectores de la tradición literaria argentina, así como 2) las instancias de canonización con que tanto las obras como sus autores han adquirido posiciones estratégicas en el campo literario nacional.