Poggian, Stella Maris y Haye, Ricardo.
Universidad Nacional del Comahue (UNComa).
Ya en su momento, Nietzche había avisado que la fantasía puede constituir una posibilidad notable para metaforizar y comprender la realidad. El recurso se vuelve particularmente valioso cuando el camino que conduce hacia la realidad resulta pedregoso o intransitable. Probablemente los medios de comunicación modernos constituyan los soportes que mejor comprendieron esta situación. Sobran casos de este tipo de abordajes oblicuos, dedicados a construir desde las entrelíneas más que desde lo explícito.
Allí está la experiencia protagonizada en la radio por Orson Welles, en 1938. Y luego, los numerosos casos en los que la televisión construyó alegorías que se referían con mayor o menor realidad al mundo real. Muchos de estos casos generaron polémicas y arduas discusiones.
Son las señales del tránsito de una época a otra, en el que aún permanecemos y al cual nos estamos adaptando. La situación se advierte en la exigencia cartesiana de explicaciones que garanticen cierta lógica. Esos resabios atávicos de la modernidad generan interrogantes que a la posmodernidad no le interesa responder por su carencia de certezas.
Si en el sujeto de la modernidad el énfasis de la razón cartesiana puede haber sido desmedido, la posmodernidad parece querer reemplazarlo con cierto relativismo y algo de espiritualismo light que nos propone acatar voluntades sobrehumanas ¿Con qué opción se alinea la narrativa fantástica mediática de nuestros días?